“CUENTOS, MITOS Y LEYENDAS DE CÓRDOBA” (cuentos) – 1997 – CRITICAS

Juan Coletti  (Córdoba)

Dice Gili en su página introductoria: “Estos cuentos bosquejan de una u otra manera, la escondida esencia de los mitos y leyendas que habitan el inconsciente de cada ser humano”.  “Los arquetipos míticos delineados en los relatos están insertos en la fantasía de los seres de cualquier latitud. El canibalismo sexual, las persistencia de espíritus traviesos que regresan al mundo de los vivos, el héroe marginal que persigue la justicia a través de la violencia, la transmutación zoológica, las almas en pena, etc., son componentes síquicos que conforman la superstición de todas las civilizaciones y que afloran en el inconsciente colectivo en busca de premios y castigos”.

Los estudiosos del tema y los lectores en general, podrán disponer del material generativo empleado por Gili en la elaboración d este libro, en la enumeración de leyendas que figuran en el apéndice de la pág. 73. Los argumentos básicos están, por supuesto, en esas leyendas, pues la intención del autor no ha sido otra que re-crear, re-modelar y darle un tono diferente al imaginario popular, poniendo en vigencia uno e los cánones principales de la literatura: no es tan importante o que se dice, sino cómo se dice.

Dejo para los eruditos las definiciones precisas de lo que es cuento, mito y leyenda, discusiones que han aportado infinidad de ensayos y estudios sobre un campo tan difuso y complejo en el que no todos, como es lógico, coinciden plenamente, dejándonos, sí, una certeza: que los cuentos, relatos, supersticiones, creencias, mitos y leyendas colindan, se mezclan, se aparean y nutren nuestra imaginación como materia leudante de la creatividad.

Por los rastreos que hacen los expertos sabemos que las leyendas se han globalizado a través de las continuas migraciones humanas, adaptándose  a las lenguas, culturas y modalidades, apareciendo y focalizándose como de origen local cuando en realidad sus fermentos se pierden en la noche de los tiempos.

Habitualmente, en algunas leyendas se relatan hechos que se suponen ocurrieron en tiempos tan remotos que las emparetarían con el mito, de donde surgen lógicas imprecisiones en la definición.

También es habitual confundir las leyendas con supersticiones y creencias vinculadas a Dios o al diablo, tesoros escondidos, ciudades perdidas, etc. En general, y en sentido popular, se entiende que las leyendas no pertenecen al campo de la ficción (cuentos o relatos) sino que se aceptan como verdades.

Según afirma Féliz Coluccio, las leyendas se agrupan para su estudio en diversos grupos: escatológicas, sobre seres y fuerzas sobrenaturales, históricas y prehistóricas, místicas, vinculadas al significado de los topónimos, trangresoras, de fantasmas y lugares encantados, religiosas, y muchísimas más.

Estos apuntes nos han permitido ingresar al libro de Carlos Gili con una comprensión más amplia sobre sus intenciones, de cómo se ha valido para contarnos, con palabras nuevas, leyendas populares como las de “El quipliquén”, poer ejemplo, que escrita de esta forma no habría sido comprendida en el siglo pasado. Si leemos los dos últimos párraos lo vamos a entender: “La cara vuelta al cielo del niño sin vida clavó una espina de angustia…(sigue el texto)…Los viajeros que con sus bólidos de acero atraviesan durante las tórridas siestas amarillas esos inhóspitos lugares…(sigue el texto)

En el cuento “Las flores” Gili recrea la leyenda de igual nombre, la historia de un amor trágico constsruido sobre la predestinación y el deseo inatisfecho, hasta el fianl en que Rosita, convertida en planta carnívora, florece. Y cuando Juan, su asesino, apiró su perfume, “sintió como si dos brazos turgentes, palpitantes, lo envolvieran en un abrazo sensual…(sigue el texto). Como nos revela la sabiduría popular antes de Freud y el sicoanálisis, en lo profundo del hombre y la mujer ya se sabía que el amor, el sexo y la muerte son la comida predilecta de los amantes.

Elijo al azar y repaso “La carreta y el sol”, inspirado en la leyenda “La carreta de las ánimas”, que traquetea a orillas del río Anizacate. “María no le vio la cara al conductor. El sombero negro y aludo no sólo le cubría la cabeza…(continúa el texto) La joven presiente la aproximación del exterminio, sabe que el conductor de la carreta de los muertos es siempre el último en morir, y apenas recobrada de la violencia de su primo Javier, “…en el mismo filo semental del estallido, volvió a oír el paso cansino de las mulas y el óseo traquetear de la carreta”. Dejo reservado el repentino desenlace para gozo y revelación del lector.

En “Eva y el sol”, Carlos Gili nos pasea por Los Gigantes junto a una mujer fuerte y primitiva, en un paisaje desolado, hábilmente descripto por el autor en precisos pantallazos, y nos retrata a una Eva cautiva de la soledad y sobreviviente a los impulsos suicidas de su adolescencia -quien con un simple cuchillo y un trago de ginebra es capaz de arrancarse una muela como único recurso-, a esa mujer de alcohólico que atraviesa la Cuchilla Nevada con un segundo dolor cuyo origen ignora y que no es otra cosa que el eco repetido de la vida en su vientre. El cuento termina cuando Eva “…miró de nuevo a Los Gigantes para maldecir a los demonios…” (sigue el texto)

El cuento “Coraje”, que abreva en la leyenda de la luz mala, tan popular y diferente en cada versión, como ésta que narra Gili, nació en una antigua estancia de Villa del Totoral; resplandor que sobresalta en la noche al viajero desprevenido y que guarda en la superstición popular una historia de amor y rapto, de locura y muerte, tan inocua talvez para los habitantes de las ciudades tecnocratizadas y tan cierta para esos hombres y mujeres que habitan rincones olvidados de nuestra geografía, esos que están muy cerca, apenas a dos horas de auto y  que todavía conservan y transmiten la magia de las leyendas cuyos ecos no nos atrevemos a predecir cuando cesarán.

En la leyenda “Paloma y eel perro lobo” el autor nos ofrece un cuento berve y luminoso, una metáfora de los predominios de los dioses del fuego, la simple historia de Paloma, recogida en “algún pobre rincón suburbano”, criada y amada con la dulzura y rectitud de un matrimonio de puesteros, crecida y hecha mujer en la soledad y el monte de Ischillín. “De pornto se hizo mujer. Descubrió un día que dentro de su cuerpo se encendían millones de bichitos de luz y que en sus sienes restallaban campanas desconocidas”.Corría tras la majada seguida por su perro “Lobo”, giraba y se extasiaba en exóticas danzas mientras desde la profunda oscuridad la seguían y vigilaban los ojos del hombre-dios que venía a buscarla. Después, el estallido de un rayo, el aire colmado de azufre y Paloma que volaba al encuentro de su destino cósmico. Dicen los que viven en esos parajes, al borde del milagro de los sueños, que en noches sin luna se sigue escuchando el reclamo de un perro-lobo, el que aún espera el regreso de la niña-pastora.

Queda todavía mucho material para comentar: Historias y leyendas de el Guapo Cruz, Pancho y la Delfina, el hombre-cerdo, el Gaucho Lara, la Pelada de La Cañada, el fantasma del Chino, la diligencia de Facundo, temas que en la prosa avezada de Carlos Gili se actualizan y recuperan vigor. Sin perder un áoice del encanto original, la escritura precisa, el suspenso, y con la habilidad narrativa que el autor ha demostrado en su fecunda trayectoria, estos cuentos, mitos y leyendas de Córdoba son un intento por recuperar la memoria popular con todo el encanto, la ingenuidad y la maravilla que encierran. Vamos velozmente hacia un futuro ominoso y al mismo tiempo hacia el pasado que encierra claves y misterios que harán posible conocernos mejor, saber quiénes somos, qué tenemos y qué podemos esperar del mañana.

Las voces y las imágenes se disuelven en el aire. Sólo la palabra escrita es ancla y testimonio de un tiempo y un lugar, del hombre y sus circunstancias Y es siempre, inevitablemente, un legado cuyo destino no podemos descifrar.


 

Diario “La mañana de Córdoba” (Córdoba)

“Buen uso de la fábula aplicado a lo literario”

Como bien lo indica su título, el libro reúne trece cuentos cuya temática es un esbozo sustancial de mitos, esta vez más que conocidos, puesto que los personajes viven en Córdoba y al decir del autor, algunos relatos nacen de leyendas populares anónimas tales como “La diligencia”, El Gaucho Lara” y “Sombras de la Cañada”.

Carlos E. Gili ha concebido la obra –”Cuentos, mitos y leyendas de Córdoba”– a partir de esas consignas, haciendo buen uso de la fábula aplicada a lo literario, recurriendo al inconsciente colectivo para refrescar indagación y memoria.

si bien los protagonistas habitan un lugar geográfico determinado, como Córdoba y pueblos del interior, sus aspectos psicológicos no difieren de los que se podrían plantear en cualquier punto y época del mundo.

Espíritus errantes, sexualidad feroz, violencia para ajusticiar en manos de un héroe marginal, amores desesperados y desencontrados que encuentran la muerte y que en un acto converso pasan a ser parte de la naturaleza biológica, surgiendo como flores silvestres. Animales que bien podrían ser hombes y viceversa, o sólo producto de la imaginación del protagonista frente al paisaje donde acontecieron hechos históricos. supersticiones, gratificaciones y castigos dando sentido a esta serie de cuentos.

El autor ha desarrollado dos ejercicios donde se susentan los relatos: la propia invención como principio creativo y la inspiración en personajes que hacen a la leyenda; con un modo narrativo muy particular incita al lector a la fantasía estimulando la recuperación de mitos que ya están dentro de la historia de Córdoba y que hacen a la identificación de tiempos y espacios concretos.

Gili tiene muchas décadas en el oficio de escribir (poemas, aforismos, novelas, cuentos); ha publicado en distintos medios del país y del exterior. Obtuvo premios como el “Manuel Gálvez”, y a nivel internacional el “Argentino-Uruguayo de Cuentos” y el primer premio “Atlántida”.

Entre sus títulos editados se conocen “El arcángel del silencio…” (Sigue la enumaración). “Cuentos, mitos y leyendas de Córdoba” fue editado por “Argos”, en noviembre de 1997 y auspiciado por el Fondo Estímulo de la Actividad Editorial Cordobesa, de la Municipalidad. (Griselda Gómez) 


 

Revista “Guía Cultural de Córdoba” (Córdoba)

En este volúmen, Gili rescata los arquetipos míticos que habitan el inconsciente de los seres humanos de cualquier latitud, y los reubica en personajes de la geografía cordobesa.

Con prosa fluida, tensa y realista, Gili recrea la transmutación vegetal y zoológica, las almas en pena, el canibalismo sexual, el héroe marginal y justiciero, los espíritus traviesos que regresan al mundo de los vivos, etc., componentes síquicos que conforman la supestición de todas las civilizaciones.

La obra literaria editada por Gili, constituida por nueve libros, una docena de volúmenes conjuntos y más de cien trabajos publicados en el país y el exterior, ha merecido una veintena de premios entre los que se destaca el 1º premio “Atlántida”, sobre 3.500 autores de 16 paises y jurado compuesto por A. Bioy Casares, Marco Denevi y Beatriz Guido.


 

Diario “La voz del interior”  (Córdoba)

Este libro acerca un tema atractivo: arquetipos míticos insertos en personajes cordobeses. Pero, como el propio autor aclara, la esenscia de los mitos y leyendas habita en el inconsciente de todo ser humano, de cualquier lugar del mundo. Carlos Gili enriquece la literatura de Córdoba al traspasarlos a sus narraciones y explicita: “(…) quizá con el tiempo estos simples cuentos puedan llegar a convertirse en auténticos mitos y leyendas. Pero por ahora son sólo eso: cuentos”.


 

Diario “La mañana de Córdoba” (Córdoba)

Toda cultura cuenta con el mágico componente de las leyendas y mitos, que juegan con el inconsciente de los sers humanos. Carlos E. Gili, en esta obra, intenta rescatar aquellos misteriosos y fantasmales personajes que regresan del mundo de los muertos para movilizar a los vivos. La ciudad de Córdoba es prolífica en este tipo de historias, que se han ido transmitiendo de generación en generación. Aunque algunos de estos relatos han sido extraídos de leyendas anónimas como “La diligencia”, EL Gaucho Lara” y “Sombras de la Cañada”, la gran mayoría han sido recreadas y elaboradas por su autor.